Esta mañana reflexionaba acerca de estos 200 años... 200 años de independencia, 200 años de historia... y de pronto me di cuenta que yo ya casi tengo 50 años, es decir, he vivido el 25% de esa historia.
Quizá una reflexión absurda, o no. Y recordé a un amigo que cuando le comenté acerca de todos los conflictos y las confusiones que estaba viviendo me dijo: Imagina que han pasado 200 años, ¿de qué sirven todos esos conflictos? hhhmmmmm ¿de qué sirven? Cierto. A veces ni siquiera recuerdo mis problemas de hace un mes!!! Imagina 200 años. Ahora, ¿quién escribe acerca de mis problemas, acerca de mis logros? ¿Quién escribe y registra los problemas y los logros de este país? Si yo no recuerdo bien lo que viví hace unos años, ¿cómo sé que lo que dicen es como dicen? No lo sé. Solo me sirve de referencia, como un cuento, una fábula. Y puedo creer lo que quiera. Hay tantas historias encontradas acerca de la independencia de este hermoso país, que le abrió los brazos a mi familia, nos acogió y nos acobijó. Y yo escojo creer en una historia humana, en la historia de un país que aún actúa como un adolescente, echándole la culpa a papá y mamá de todos sus problemas... como un adolescente que quiere ser libre, pero que no se imagina la vida sin la comidita de mamá y el dinero de papá. Un país que está creciendo. Un país que puede madurar. Un país que puede decir: ¡Ok, soy adulto, agradezco a papá y mamá por todo lo que me dieron, gracias a ellos soy quien soy, y ahora asumo la responsabilidad por todas mis acciones! Espero vivir para ver una Venezuela adulta, grande y responsable.
¿Qué son 200 años?
Elisabeth
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