Tiempo, tiempo, tiempo.
Pasa, pasa, pasa.
Y nada, y nadie lo detiene.
Como la muerte, implacable y contra la que todos nos rendimos.
El tiempo, invencible, nos contrae.
El tiempo, compasivo, nos muestra el pasado.
El tiempo, juguetón, nos vislumbra las posibilidades del futuro.
Ahhh y quizá, solo quizá, le podemos hacer compañía en el presente.
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